martes, 28 de agosto de 2012

Europe


En la Edad Media, la unidad europea se asentaba en la religión común. En la Edad Moderna, cedió su puesto a la cultura (a la creación cultural), que se convirtió en la realización de los valores supremos gracias a los cuales los europeos se reconocían, se definían, se identificaban. Hoy la cultura cede a su vez su puesto. ¿Pero a qué y a quién? ¿En qué terreno se desarrollan los valores supremos susceptibles de unir a Europa? ¿Las proezas técnicas? ¿El mercado? ¿La política con su ideal de democracia, con el principio de tolerancia? Pero esta tolerancia, si ya no protege una creación rica ni un pensamiento fuerte, ¿no resulta vacía e inútil? ¿O acaso podemos comprender la dimisión de la cultura como una especie de liberación a la que hay que entregarse con euforia? No lo sé. Lo único que creo saber es que la cultura ha cedido ya su puesto. Así, la imagen de la identidad europea se aleja en el pasado. Europeo: el que siente nostalgia de Europa.

(Milan Kundera, 1985) 

domingo, 12 de agosto de 2012

Sostiene Pereira

Sostiene Pereira que las razones del corazón son las más importantes, pero también hay que tener los ojos muy abiertos. Me acordé de esta frase de Pereira (de Tabucchi) ayer mientras disfrutaba de un espectáculo de magia en directo. Cuadra a la perfección esta frase cuando ves un espectáculo de magia en directo. Por la tele es otra cosa, la distancia de la tele protege. Aquí sabes, estás convencido de que son trucos, de que te están engañando, eso crees. Por eso mantienes los ojos bien abiertos, vas a descubrir aquí por dónde sale la palomita, por dónde se ha metido la chica en el baúl, cómo ha recompuesto la cuerda cortada hace un instante ante tus propias narices; sabes que esa invitada al escenario forma parte de la compañía... Pero nada, no es posible, no te sirve tener los ojos bien abiertos. No descubres nada. El mago es bueno, brillante, divertido... Entonces te entregas a las razones del corazón y te preguntas algo inquieto, ¿será verdad que existe la magia? 
Acojona, ¿eh?, le digo yo a mi hija pequeña, sin que pueda imaginar ella siquiera cuánta razón contiene este aserto que mis ojos abiertos atemperan... 

miércoles, 1 de agosto de 2012

Carta (en inglés) a Katherine Dreier

                                           
                                          París, 5 de noviembre de 1928


Sus dos cartas anunciando una posible suspensión de las actividades de la S.A. no me han sorprendido. Cuanto más vivo entre los artistas, más me convenzo de que son unos impostores en cuanto tienen el menor éxito.
Esto quiere decir también que todos los perros en torno al artista son unos timadores. Si ve la asociación que hay entre los impostores y los timadores, ¿cómo puede ser capaz de conservar algún tipo de fe (y en qué)?
No me dé algunas excepciones que justificarían una opinión más clemente respecto al "pequeño juego del arte" en su conjunto.
En definitiva, se dice que una pintura es buena sólo si vale "tanto". Puede incluso ser aceptada por los "santos" museos. Y, asimismo, por la posteridad.
Por favor, vuelva a poner los pies en la tierra y si le gustan algunas pinturas, algunos pintores, contemple su obra, pero no intente transformar a un timador en un hombre honesto o a un impostor (fake) en faquir.
Todo esto debería darle a usted una indicación del tipo de humor en el que me encuentro. Removiendo las viejas ideas de repulsión.
Pero esto es sólo por su causa.
Yo he perdido tanto interés (todo interés) en el asunto, que ya no sufro.
Usted, usted todavía sufre.
Ver Nueva York es siempre un placer pero demasiado caro, y esto incluso si le pagan a uno para que vaya.
Escribiré más. Pronto.
Muy afectuosamente

Marcel Duchamp.