martes, 30 de marzo de 2010
Centenaristas
Me encargan unas charlas sobre Miguel Hernández, de quien se cumplirá el próximo 30 de octubre el centenario de su nacimiento. Picoteo en los textos más o menos panegirísticos de Vivanco, Zardoya, Balcells, Cano Ballesta... Llego a Valente, leo su "Miguel Hernández: poesía y realidad". Extraigo algunos apuntes:
"...su nacimiento literario coincide con un momento (efímero como tal) de máximo fervor tradicionalista por parte de la joven literatura de entonces. Son los años del Centenario de Góngora. Los centenaristas, vistos desde la perspectiva actual, tienen un marcado signo conservador (...) Góngora opera sobre las formas más aparenciales de lo real; poeta del enigma verbal, lo es escasamente de la realidad enigmática."
"Se ha hablado mucho y se sigue hablando de la tensión y poder expresivos de El rayo que no cesa; creo por mi parte que esa tensión y poder se dan en contados momentos, y lo que me parece caracterizar el conjunto del libro es un amaneramiento formal que le resta vigor y originalidad profunda. En él, la influencia de Quevedo es, en efecto, visible en sus mejores piezas, allí donde consigue Hernández sobreponerse al retoricismo laberíntico de la palabra que se retuerce en busca de su propia cola sonora."
"Compárese simplemente el falso ímpetu semioratorio de tantos sonetos de El rayo que no cesa con la terrible lucidez expresiva de la "Canción última" de El hombre acecha."
"Se trata simple y llanamente de que el poema converja o no con todos sus medios hacia la realidad; de que esos medios existan sólo en función del contenido de realidad que el poema revela; y de que, por último, ese contenido de realidad y la estructura verbal en que se aloja sean inseparables."
"Es lógico que esa poesía (tradicionalista) venga caracterizada por un profuso crecimiento de categorías retóricas o por un proceso cada vez más acusado de inflación verbal. Al abandonar tales presupuestos, Hernández rompe revolucionariamente no sólo consigo mismo, sino con el momento literario del que se desprende gran parte de su obra."
Me agradan sus provocadoras afirmaciones, su lúcida tensión con este icono, su claridad en cuanto a lo que deba contener un texto poético. No todo es excelencia en el poeta que se reivindica ahora (otra vez). Hay sombras también. A ver qué dicen los centenaristas de ahora (otra vez).
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