José Luis Reina y yo estuvimos la otra tarde en Nerja haciéndole una visita de cortesía al señor Herrerito, que es como se llamaría en español, según Reina, monsieur Goffette. El señor Herrerito, pues, es un afamado poeta belga que próximamente publicaremos en nuestra Colección de Literatura Internacional NorteySur. El señor Herrerito ha sido merecedor de muchos y renombrados premios en Bélgica y Francia, adornados con nombres tan sonoros como los de Mallarmé o Senghor, aunque el más importante de todos es sin duda el que le otorgó en 2001 la Academia Francesa por toda su obra, el equivalente aquí al Nacional de las Letras. El señor Herrerito, además de uno de los poetas más admirados en lengua francesa, es un respetado crítico literario y un narrador de prestigio. Ahora vive en París y trabaja en Gallimard, la editorial equivalente allí a nuestra e.d.a. Pero ha sido también profesor, impulsor de empresas literarias y, sobre todo, vagabundo, afición ésta, que no otra cosa se necesita para serlo, que le llevó a recorrer medio mundo con lo puesto. El señor Herrerito es un hombre afable y parlanchín que adora a España porque dice que se respira una libertad imposible de encontrar en el carácter francés (ja, dije yo para mí), y, sobre todo, porque se puede fumar sin restricciones (bueno, eso sí, dije también para mí, ya que no sabía cómo hacerlo en su idioma, aunque soltara yo, no obstante, un oui a secas, sin matiz alguno, contundente, en todo caso). Yo creo que nos ve todavía como algo pintoresco, algo así como un estado virginal no alcanzado todavía por el exceso de razón. Allá él, yo no se lo voy a explicar y menos en francés. Así que nos visita junto a su deliciosa esposa cada año desde hace veinticinco. Ella fue, al parecer, quien le transmitió el virus que contrajo la primera vez que vino a España cuando Franco aún vivía, aunque juró no volver hasta que se hubiera muerto -como Frank Sinatra, pero con menos repercusión, le dije yo a ella, que sí hablaba algo de español-. Así lo hizo. Ahora la pareja es ya fija en Nerja todos los veranos y planean comprar una casa en Torrox. Otro lujo aquí, dije yo otra vez para mí.
Hablamos, hablaron, vamos, José Luis y el señor Herrerito, que yo, por la alienación idiomática en que me encontraba, tenía que solazarme a ratos prolongados unas veces con mi espacio interior, otras con la vista de algunas bañistas que se distinguían en la playa cercana. Hablaron, pues, de grandes poetas franceses, de Cocteau (a quien, por cierto, no aprecian demasiado en Francia y es curioso), de Jaccottet, de Sollers, de Bonnefoy. Yo al oír esos nombres y entender inmediatamente de qué estaban hablando, abandoné mi arrobo y les dije que el mejor poeta francés era Marcel Duchamp. Una broma que le hubiera gustado oír a mi amigo Montano y que no entendieron. Para suavizarla, les dije también que el mejor poeta español era Nuno Judice. Creo que tampoco lo entendieron. También hablamos, claro, con intermediación, del libro que le vamos a publicar y que saldrá en noviembre o así, de la portada que le gustaría que llevase La vida prometida, que así se titula el libro. Él la ve azul, la vida y la portada. Veremos. En fin, aunque limitada por las fronteras lingüísticas mutuas (el señor Herrerito tampoco habla una puta palabra de español, ¿eh?, que conste, y eso que lleva viniendo aquí veinticinco años seguidos), pasamos de verdad una muy placentera tarde literaria. Muy parecida, por cierto, a la que pasamos José Antonio Montano y yo muy pocas semanas antes. Él ha dado cuenta aquí ya de ese ratito y yo le prometí replicar. Tenía el título de la entrada, sería "Montano miente", para enredar, más que nada. Pero no, no miente, tengo que admitir que es cierto todo lo que cuenta, y que brindamos y todo por Bernhard, aunque no diga, eso sí, que aplaudimos también. Se lo merecía, nos lo merecíamos.
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3 comentarios:
Ese señor Herrerito promete... Y Duchamp claro que es el mejor poeta francés! Aunque con Thomas Bernhard pisándole los talones... aunque Bernhard es más bien belga (Thomas Belga), y en las antologías del futuro destronará a Herrerito. Así como e.d.a. destronará a Gallimard, si no la ha destronado ya... Abrazos!
Qué divertido, tengo un amigo que se llama exactamente igual que tú, pero es una persona probable y completamente opuesta a lo que pareces ser tú...
A lo que parezco ser, tú lo has dicho. Qué será, será... Gracias por venir, my porn friend.
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