Dentro de las labores propias del hombre orquesta que parezco en nuestra insigne, muy noble y muy leal casa editorial cuyo escudito tenéis aquí al lado, se encuentra la de leer los originales que nos van llegando. A algún que otro atroz martirio me he visto sometido por esta función, os lo puedo asegurar. Pero a veces, no muchas veces, sí algunas veces, pasa que debo escribir un correo electrónico como el que sigue:
De: Francisco Javier Torres
Asunto: Orlando Furioso
Fecha: 11 de octubre de 2012 00:32:34 GMT+02:00
Para: Paco R
Muy buenas, Paco.
Acabo de terminar de leer en este mismo momento Leonorilda y, tío, de verdad, estoy absolutamente impresionado. Te aseguro que no recuerdo haber leído antes una obra como ésta, de tan extraordinaria, casi cósmica, energía expresiva. Tremendo Felipe Orlando. Mucho, muchísimo mejor de lo que me esperaba. Me esfuerzo en encontrarle parangón, ubicarlo, reducirlo en fin, pero no se puede. Realismo mágico, había oído. Pero ¡qué va!, es muchísimo más que eso. Un verdadero gozo, un festín literario de primerísimo orden. Para lectores esforzados, eso sí, pero chico, merece la pena la experiencia. Como coronar un 8.000. Cuando lo culminas podrás ver todo el planeta. No se puede pedir más. Y he corroborado lo que decías: imposible aprehender esta obra con una sola lectura, tal es su anonadante riqueza. Pero no me ha importado, la verdad. He pensado en William Gaddis, el autor americano que no sé si conoces. Pasa igual con él. Tienes que leer, seguir leyendo, no pararte, casi no pensar, no importa que no te enteres a la primera. Como la música, escúchala sin más y disfrútala. Eso es todo. Seguro que al final encuentras tu recompensa. Bueno, no sigo. Ya ves, rendido estoy, como puedes comprobar.
Cuando tú quieras seguimos hablando. De momento, me propongo leer también El perro petrificado. Ya te diré. Son cortitas las dos, en efecto. No estaría de más hacer un solo volumen con ambas, confirmo. Aunque, no sé, no sé, una sobredosis de este destilado puede resultar peligrosísima :-)
Abrazos
Paco Torres
Todo el esfuerzo se justifica en estas ocasiones, todo, todo, todo...
Tomad nota del nombre, Felipe Orlando, ya de paso. Estad atentos...
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